Uno de los problemas más críticos que enfrenta el mundo es el manejo adecuado de los residuos orgánicos producidos tanto en el sector rural, urbano como industrial. Estos materiales ocupan un lugar prioritario desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo. Las estimaciones realizadas con la información disponible, para establecer una cuantificación de estos residuos determinan que aproximadamente el 10% lo constituyen los residuos domiciliarios, el 85% corresponden a residuos considerados silvoagropecuarios y un 5% de residuos agroindustriales. Históricamente se ha restado importancia al tratamiento y disposición de los residuos y los desechos. Habitualmente se eliminaban sin un tratamiento previo, lo que significaba necesariamente la existencia de agentes contaminantes de considerable alcance, que pueden afectar a los ecosistemas, alterando el equilibrio ecológico y la calidad de vida. Sin embargo, esta situación ha ido cambiando, a medida que se vuelven más estrictas las legislaciones orientadas a evitar la contaminación ambiental y preservar el patrimonio biológico del medio ambiente. Esto implica una gestión adecuada de residuos y por lo tanto la necesidad de establecer una herramienta práctica para transformar en forma razonable, equilibrada y fundamentalmente ecológica, una parte importante de los residuos sólidos de distintos orígenes. En cualquier proceso productivo, sean sistemas naturales, agrícolas, industriales o humanos, junto con el producto principal o básico, se obtiene otros productos que pueden o no tener valor per se. Esto ultimo hace resaltar la importancia de definir diferentes términos, tales como subproducto, residuo, desecho, utilizados generalmente como sinónimos.