La alimentación de los bovinos es uno de los factores más relevantes sobre la composición de la carne, seguido por la edad y genética del animal. Diversos estudios han demostrado que la carne producida a pastoreo posee un perfil de ácidos grasos saludable y un bajo contenido de grasa intramuscular, pudiendo convertirse en una carne magra con potenciales características funcionales.